(...)
V.: ¿Quién
eres?
O.: Voy siendo poco a poco, cada día, cada momento, cada imagen, cada
nota. Algún día quiero llegar a ser Oscar Molina.
V.: ¿En qué momento supiste que la vida debía ser fotografiada?
O.: Cuando descubrí que debía ser vivida.
V.: Tus fotos, ¿en función de qué?
O.: Muchas veces disparo sin pensar absolutamente nada en lo que pueda significar
esa imagen, guiado por el convencimiento de que entre ella y yo hay una armonía
perfecta. La técnica, la cámara, los filtros, todo es necesario,
como lo es el tubo de un órgano o la cuerda de un piano para poder
crear una melodía.
V.: ¿Qué cualidad admiras más en un fotógrafo?
O.: La sensibilidad.
V.: ¿Qué contestarías a los que opinan que en tus fotos
la ausencia es la nota común?
O.: No me gusta contestar a las opiniones sobre mis fotos, prefiero escucharlas
atentamente y aprender de los demás. De todas formas, te diré
lo que me decía un antiguo profesor: "Aprende a escuchar el silencio;
es uno de los círculos cuadrados de nuestra vida."
V.: ¿Me equivoco si te digo que en tus imágenes hay implícita
una necesidad de ser reconocido?
O.: Todo el mundo quiere ser reconocido. No te equivocas.
V.: ¿A qué tipo de gente crees que van dirigidas tus fotos?
O.: Es algo que no me he planteado nunca. Creo que son fotos abiertas a todo
el mundo.
V.: ¿A dónde pretendes llegar?
O.: De momento quiero llegar a fin de mes.
V.: ¿Qué cualidades crees que debe tener el espectador modelo?
O.: Sensibilidad y capacidad de amor hacia la obra que esté contemplando:
así disfrutará más. (...)
Vicente
Soler
Entrevista para
la revista Diorama. Nš 10. Madrid, diciembre 1984.