Un día encontré este viejo estuche que formó parte de mis enseres escolares. Ochenta pastillas acuarelables con el nombre de cada color escrito en inglés. El uso y el tiempo habían creado diferentes texturas, aspectos, desgastes...en las diferentes pastillas. A veces tan sólo el nombre del color hacía referencia a la pastilla gastada, otras era el nombre lo que había sido tapado y borrado por el mismo color. Decidí hacer una fotografía en blanco y negro de la caja completa, y a partir de ella hacer variaciones del mismo tema.
La primera de estas variaciones consiste en una exposición de ochenta fotografías, una por cada pastilla, reproducida en blanco y negro con su correspondiente nombre del color. A lo largo de la pared de la sala se extienden los ochenta marcos de manera lineal. La variación_II consiste en una proyección en pantalla grande, y la variación_III en una caja que contiene ochenta tarjetas postales que reproducen los ochenta colores y sus nombres, siempre en blanco y negro. Próximamente publicaré la variación_IV y más adelante la variación_V
Caja de Acuarelas es uno de mis primeros proyectos abiertos en los que, entre otras cosas, planteo la relación entre texto e imagen, que posteriormente formará parte de otros proyectos. Es una propuesta abierta a la participación del espectador, una invitación a crear su propia experiencia a través de la lectura de la obra, en este caso metaforizada, por el hecho de tener que reconstruir un color a través de un texto, de su nombre convencional.El espacio transformado por el tiempo, los rasgos azarosos en las superficies de las diferentes pastillas, los trazos y las texturas, el paisaje del tiempo, los colores sin nombre o los nombres de colores desaparecidos. Todo ello mirado desde una perspectiva metafórica podría hacernos pensar en espacios y vivencias en torno a la vida y al arte.